ADEMÁS DE LAS CUALIDADES FÍSICAS Y ARTÍSTICAS QUE SE DESARROLLAN, HAY HERRAMIENTAS QUE EL BALLET TE DA A TRAVÉS DE LOS AÑOS DE PRÁCTICA.

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1. Les gusta aprender

Los bailarines están acostumbrados a que se les dicte una coreografía, memorizarla, meterla en rutina y dominarla en escasas semanas. Mientras están aprendiendo una nueva coreografía, no dejan de lado la técnica que han venido practicando tiempo atrás.

Empatar la música con la coreografía no es cosa fácil pero los bailarines saben hacerlo muy bien. Son buenos escuchando, enfocándose en tareas, aceptando los errores y adaptándose a las correcciones. Además de esto, aunque ellos mismos puedan ser mejores bailarines que sus maestros, son abiertos a escuchar las comentarios y los consejos sin aires de superioridad, reconociendo la experiencia y habilidades de sus coreógrafos.

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2. Son flexibles

Aunque suene obvio, no nos referimos a la flexibilidad del cuerpo sino de la mente. Aunque se manejen de acuerdo a la estructura y a las millones de reglas que existen en el ballet, si en una presentación el pianista se equivocara, ellos sin parpadear seguirán bailando al compás de la música procurando evitar que el público se de cuenta. Adicionalmente, están acostumbrados a que distintos maestros les hagan distintas correcciones por lo que son adaptables al tipo de baile, música y maestro.

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3. Aprenden rápido

Una de las cosas más importantes que debe tener un bailarín, es lo rápido que domina los pasos, técnica y música de una coreografía. Saben como recibir instrucciones de manera verbal y ponerlas en acción en el salón de baile. Tienen buena memoria, habilidades para escuchar, concentración y una fuerte conexión entre el cuerpo y la mente.

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4. Siempre están preparados

Antes de comenzar un baile, un paso difícil, el ballet siempre requiere una “preparación”. No saltas a una sissonne sin haber hecho plié antes, no empiezas un fouette sin tener claro tu spot. Se preparan durante meses para una presentación que puede durar pocas horas y no se sienten desanimados por esto.

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5. Trabajan duro

Si es profesionalmente, si es por hobby, si es por hacer ejercicio, el ballet es disciplina, esfuerzo y repetición.

Los bailarines son muy dedicados y están llenos de pasión en lo que hacen.

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6. Saben trabajar en equipo

Los bailarines, aunque quieran destacar, saben que dentro de una coreografía lo importante es lo parejo que se ven todos. Entre los bailarines están acostumbrados a recibir consejos, feedback, observar a los otros para mejorar ellos mismos.

 

 

Estos puntos son vitales para ser exitosos en la danza pero también para trabajar dentro de una empresa.

Los candidatos pueden no darse cuenta inmediatamente que tienen estos atributos desarrollados pero un buen empleador -además de la profesión que esté buscando- siempre apreciará que sus empleados tengan este tipo de cualidades.

 

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