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STAFF

Directora

        Esta es solo una historia por comenzar. ¿Pero cómo no desear comenzarla? Cada vez que como bailarines, después de arduos y sufribles entrenamientos diarios, tocamos el negro escenario y brillamos cual estrella nocturna, sintiéndonos mágicos; mientras papá, mamá o nuestro maestro, observan tras bambalinas con maquillaje en mano, o sentados en la luneta del teatro, sonriendo grandemente, sintiéndose realizados y orgullosos.

 

La danza significó, desde mi niñez, un sueño que no tiene fin y que mis padres alentaron. Para un bailarín, papá y mamá forman uno de los principales promotores del logro de sus sueños; pero también lo son todas aquellas personas que no se ven a simple vista, pero que alientan a continuar ésta pasión.

El maestro representa un personaje importante en la vida de un bailarín, pues es áquel quien con minucioso detalle y pasión, trasmite todos sus conocimientos a cada bailarín, respetando y desarrollando la esencia de éste, ya sea un simple pequeñito, adolescente o adulto. Deseo ver generaciones pasar, año tras año, por DanzAnna, un Estudio de Danza que inicia; ver a una madre, a su hijo y después su nieto, desarrollar con amor la práctica de esta extraordinaria manifestación artística.

Yo, al igual que todos los que formamos este Estudio de Danza, confiamos que juntos creceremos y lograremos algo grande e inolvidable, retos a vencer, telones que abrir e innumerables sentimientos a expresar.


Es precisamente mediante fe, de que la danza es un arte y de que DanzAnna eres tú, yo y nosotros, que esta historia está lista para comenzar, para que en algún momento, el bailarín, escuche los cálidos aplausos sin fin…

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